Usted probablemente ya escuchó los dos términos usados como sinónimos y se preguntó si hay alguna diferencia entre ellos. La respuesta es que, en la práctica, ya sea “español” ya sea “castellano” ambos se refieren al mismo idioma: el vocabulario, las reglas gramaticales y la grafía de las palabras son iguales.
Pero, la historia de estas dos palabras es diferente: “castellano” surgió primero y se remonta al reino de Castilla, que, en la Edad Media, se imponía en un territorio que hoy se conoce como España. Cuando España se unificó como Estado, el liderazgo de Castilla hizo con que su lengua fuese adoptada como lengua oficial del nuevo país – y así surgió el término “español”.
Con las Grandes Navegaciones y la colonización de varios territorios por los españoles, el idioma se difundió, principalmente en América Latina. Así, en varios países de América del Sur, el término “español” pasó a hacer referencia al período colonial. Por eso, es más común que la población de estos lugares se refiera a la lengua como “castellano”. Es el caso de Argentina, por ejemplo. Pero, en México, Caribe y en otras zonas más cercanas de las naciones que hablan inglés, el uso de “español” es más usual.
Hoy, el castellano es la lengua oficial de España, según la Constitución de 1978. Sin embargo, él convive con el gallego, vasco y catalán, que son lenguas cooficiales del país y hablados diariamente en las diferentes regiones de España. La forma como la población se refiere a la lengua también cambia por allá: en el norte, el término predominante es “castellano”. Ya en Andalucía y en las Islas Canarias, “español” es más común.
Variaciones culturales
Aunque no hay diferencias significativas entre “castellano” y “español”, la lengua sufre variaciones de acuerdo con el lugar donde es hablada. Piense, por ejemplo, en las diferencias entre el portugués de Brasil y de Portugal: el idioma es lo mismo, pero hay varias sutilezas en el uso de las palabras, estructuras sintácticas y sonoridades que hacen con que un mensaje tiende a ser más natural para la población de un territorio específico. Por eso, al traducir un texto, es siempre esencial tener en cuenta quien será el lector.
Fuentes: Universia | Super Interessante | Skill
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