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Traductores X intérpretes: ¿Cuál es la diferencia?

Atualizado: 11 de set. de 2019

El aumento del número de eventos en Brasil y el crecimiento de las inversiones en el país, han impulsado las oportunidades de trabajo para traductores e intérpretes. Se usa con frecuencia la expresión "traductor e intérprete" y causa la impresión de que la misma persona desarrolla estas dos actividades, pero, en línea general, el traductor se atiene a los documentos escritos, mientras que el intérprete ejecuta las traducciones habladas. Aunque la formación educacional básica ser la misma, las rutinas de trabajo de estos dos profesionales pueden ser bien diferentes.


Traductores X intérpretes

El trabajo del traductor no necesita ponerse en contacto con otras personas y se podrá ejecutar en una oficina o en su propia casa. Para ser un buen traductor, es necesario mucha competencia en vocabulario, gramática y expresiones coloquiales en portugués y en otros idiomas. Además, es importante tener familiaridad con nuevas tecnologías, ya que su trabajo es esencialmente en el ordenador. Es deseable dominar las herramientas de edición de textos y conocer los programas que facilitan el trabajo por medio de glosarios, memoria de textos traducidos y el conteo de palabras, para citar algunos. Entre áreas de actuación, están el mercado corporativo, la industria cinematográfica, el ramo literario y editorial. Todavía, tiene el traductor jurado, aprobado en concurso público realizado por el Registro Mercantil de un estado. Él es el único habilitado a traducir documentos oficiales, que exigen fe pública, como, por ejemplo, contratos, testimonios judiciales, diplomas, históricos escolares y certificados.


El intérprete precisar querer comunicarse, interaccionar con otras personas y estar preparado para actuar en cualquier evento, su lugar de trabajo. La traducción hablada exige un alto nivel de concentración, para que puedas escuchar, comprender y traducir rápidamente al mismo tiempo. También es bueno que el intérprete sepa cómo reaccionar de manera rápida y con serenidad al cambiar una situación. Los intérpretes han de trabajar para gran variedad de clientes y públicos, lo que exige una gran versatilidad y constante actualización de los acontecimientos a nivel nacional e internacional. Debido al alto grado de especificidad de algunos asuntos, son demandadas horas de estudio y preparo.


Existen básicamente dos modalidades de traducción oral: la simultánea y la consecutiva. La Traducción Simultánea es traducir oralmente, como su nombre lo indica, al mismo tiempo, el habla del orador para el idioma de los oyentes. Este método de interpretación es el más usado en grandes eventos. En la consecutiva, el intérprete se sitúa próximo a los conferencistas para ver y oír perfectamente lo que sucede a su alrededor. Mientras un orador habla, el intérprete toma nota para, en intervalos cortos, hacer la traducción al otro idioma. Se recomienda este método solo para reuniones de corta duración, podrá ser igualmente útil en visitas a fábricas, oficinas y eventos que tengan pocos participantes.


Muchas personas, principalmente aquellas que hablan inglés, tienen la impresión falsa de que ser traductor es muy fácil y sencillo, pero el hecho de saber inglés perfectamente no es suficiente para ser un profesional del área. Hay muchas dificultades en esta profesión y, para ejercerla con confianza y dignidad, una especialización es esencial. Existen diversos tipos de cursos, desde los de formación universitaria, hasta los cursos libres, para práctica y perfeccionamiento, ofrecidos por traductores e intérpretes reconocidos. Por no ser una profesión reglamentada por el Ministerio del Trabajo, cualquier persona que se considere capaz y preparada en teoría la ejerza, aunque no haya la exigencia de formación, se hace necesario, sin duda, mucho estudio para el buen desempeño del profesional de esa área, y es imprescindible enfocarse especialmente al estudiar idiomas. No hay, lamentablemente, un guion para para la inserción de este segmento, pero hay elementos comunes a cualquier profesional exitoso. Prácticamente sin excepciones, encontramos dedicación y pasión por lo que hace, disciplina y empeño constante y, sobre todo, talento.

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